16/5/16

The New York Time "La Superestrella que Vive en una Jaula de Oro"


El sitio oficial de The New York Time USA realizo un interesante articulo en su sitio web, aquƭ el reportaje completo traducido al espaƱol por The New York Time EspaƱa.

Aquellas imĆ”genes perturbadoras parecen ya tan lejanas: la estrella del pop convertida en moraleja de los tabloides… con la cabeza rapada, el rostro enojado y una sombrilla con la cual golpeaba la ventana de la camioneta de un paparazzi.

MƔs de ocho aƱos despuƩs de su crisis, Britney Spears, de 34 aƱos, parece estar progresando.

En septiembre pasado, anunció un acuerdo de 35 millones de dólares para extender su residencia en Planet Hollywood Resort & Casino por dos años mÔs. Forbes la nombró la quinta mujer mejor pagada en la industria de la música en 2015; superó a celebridades como Rihanna y Nicki Minaj. AdemÔs, se ha dedicado a grabar su noveno Ôlbum de estudio, cuyo lanzamiento se espera para este año.

Como invitada en programas de televisión y con una cuenta de Instagram muy popular y a menudo excĆ©ntrica —en ella muestra su abdomen esculpido y a sus adorables hijos—, Spears luce como una celebridad que ha superado obstĆ”culos difĆ­ciles para obtener una segunda oportunidad.

“Estoy en una muy buena etapa de mi vida”, le dijo Spears a la revista People el aƱo pasado, en una entrevista. “Soy mĆ”s feliz que nunca”.
El equipo de Spears la presenta en el escenario como alguien en control y, tras bastidores, como la mente maestra de su espectƔculo, una artista en su mejor momento. Pero esa imagen parece contradecir las conclusiones de un tribunal de Los Ɓngeles sobre ella, donde una enfermedad mental sin revelarse y el abuso de sustancias llevaron a su familia a intervenir en 2008.

Desde entonces, una tutela aprobada por un tribunal ha controlado la vida de Spears; la tutela se conoce en otros estados como custodia, y estƔ diseƱada para personas que no pueden cuidarse solas.

De acuerdo con el arreglo –que tĆ­picamente se utiliza para proteger a los ancianos, los deficientes mentales o quienes estĆ”n muy enfermos–, Spears no puede tomar decisiones importantes ni personales ni financieras sin la aprobación de sus tutores: su padre, Jamie Spears, y un abogado, Andrew M. Wallet. Sus compras mĆ”s mundanas, desde una bebida en Starbucks hasta una canción en iTunes, se rastrean en los documentos del tribunal como parte del plan para resguardar la gran fortuna que se ha ganado pero no puede controlar.

Aunque se considera que los tutores ayudaron a rescatar la carrera de Spears —y su vida—, su estabilidad aparente y su Ć©xito podrĆ­an desmentir la necesidad de las restricciones actuales.

¿Acaso las restricciones bajo las que vive podrĆ­an empezar a ser mĆ”s laxas?

Ni los tutores ni sus representantes o abogados hablan sobre su estatus, y Spears no respondió a las peticiones que le hicimos para entrevistarla.

Aunque desde lejos no es posible obtener un panorama preciso del estado mental de una persona, los amigos y antiguos socios de Spears dijeron en entrevista que, para ella, la tutela se ha convertido en algo con lo que ha aprendido a vivir… no una jaula, sino una burbuja protectora que le permite ocuparse de sus verdaderas pasiones: la mĆŗsica y sus hijos.

“Si conocieran a la Britney de verdad, sabrĆ­an que preferirĆ­a ser recordada como una gran madre y no como una artista”, dijo David Lucado, un exnovio con el que Spears terminó en 2014 por una supuesta infidelidad, algo que Lucado niega. “Y si vieran cómo convive con sus hijos, sabrĆ­an que Britney no necesita estar bajo tutela para controlar su vida privada”.
En Ćŗltima instancia, algunas de las personas que ayudarĆ­an a decidir si es pertinente finalizar la tutela son los tutores y los doctores que ahora se encargan de supervisarla; muchos de ellos reciben dinero de Spears como pago por sus servicios.

Ulustración por: Gordon Magnin
Un investigador del tribunal asignado a su caso mide el progreso y el estatus de Spears; Ʃl se encarga de llenar informes acerca de su progreso cada dos aƱos.

Si Spears pidiera que la liberaran de la tutela, su caso probablemente lo dirigiría el hombre que el tribunal asignó para ser su defensor principal, el abogado Samuel D. Ingham III. El papel de Ingham consiste, entre otras cosas, en asegurarse de que los tutores no saqueen las ganancias de Spears, abusen del poder que tienen o restrinjan la libertad de la cantante de manera inapropiada.

A Ingham le han dado mÔs de 2 millones de dólares en honorarios por su trabajo en representación de Spears desde 2008. AdemÔs, los tutores y otros abogados que han ayudado a manejar los asuntos de Spears bajo el arreglo actual han recibido 6,9 millones de dólares. Spears jamÔs ha cuestionado en público ninguno de estos pagos, pero quienes critican el proceso sí lo han hecho.

“Mientras ella aporte todo ese dinero y mientras se pague a los abogados y los tutores, no hay incentivo alguno para terminar con la tutela”, dijo Elaine Renoire, presidenta de la National Association to Stop Guardian Abuse, un grupo de defensa. “Generalmente, la tutela continĆŗa a menos que el tutelado o la familia protesten”.
II: La crisis, los tabloides y la tutela de 2008

Nadie dudó que Spears necesitaba ayuda a principios de 2008: el 30 de enero, su psiquiatra pidió ayuda por teléfono, y cuando la ambulancia abandonó la casa de la cantante en Los Ángeles, iba detrÔs de un séquito gigantesco de patrullas.

Durante días, Spears se había comportado de manera extraña: hablaba con acento britÔnico y conducía a velocidades vertiginosas. Pero en ese momento estaba amarrada a una camilla que iba camino al UCLA Medical Center. Había helicópteros que sobrevolaban la escena. Era la segunda vez en menos de un mes que habían llevado a Spears en ambulancia a un hospital para que le realizaran una evaluación psiquiÔtrica de emergencia.

Quien hubiera visto todo ese dĆ­a no habrĆ­a reconocido a Spears como el fenómeno musical que una dĆ©cada antes: a los 17 aƱos, habĆ­a posado en ropa interior para la portada de la revista Rolling Stone; dominó las listas de popularidad con Ć©xitos como “…Baby One More Time”, y sus primeros cuatro Ć”lbumes vendieron un total de 30 millones de copias.

Pero al igual que las estrellas infantiles que la antecedieron, Spears se enfrentó a las presiones que llegan con la fama y la riqueza. Su vida personal no ayudó en nada. En 2002, terminó su relación con Justin Timberlake. En enero de 2004, se casó en Las Vegas con un amigo de Luisiana que conocĆ­a desde niƱa… el matrimonio duró 55 horas.

Nueve meses después, se casó de nuevo, esta vez con Kevin Federline, quien trabajaba como bailarín de apoyo. Pero dos años mÔs tarde, después del nacimiento de su segundo hijo, solicitó el divorcio en noviembre de 2006.

Los problemas de alcohol y drogas aceleraron su declive. En 2007, Spears entró a rehabilitación dos veces, pero en ambas ocasiones salió antes de tiempo. El abuso de sustancias sería un factor en su contra al pelear la custodia de sus hijos. La idea de perder contacto con ellos la atormentaba, según socios de la cantante. Después de que le informaran que había perdido la custodia en octubre de 2007, pasó una noche en un estacionamiento, según documentos del tribunal. (Después logró llegar a un acuerdo con Federline sobre la custodia de sus hijos).

“Era evidente que no podĆ­a estar al mando de la situación”, dijo Peter Katsis, quien fue parte de su equipo de representantes en 2007. “Le resultó abrumador convertirse en una mujer adulta”.


JamÔs se ha revelado públicamente qué tipo de condición mental aflige a Spears. Sin embargo, el trastorno pareció apoderarse de ella por completo en 2008. A pesar de estar divorciados, los padres de Spears estaban preocupados por ella y decidieron que su hija estaba en crisis.

Su padre, quien fue soldador, cocinero, obrero petrolero y alcohólico en recuperación, habĆ­a sometido durante aƱos a su familia a “maltrato verbal, abandono” y “comportamiento errĆ”tico” como resultado de su adicción al alcohol, escribió Lynne Spears, la madre de Britney, en su libro de 2008, “Through the Storm: A Real Story of Fame and Family in a Tabloid World”.

Pero sus padres entablaron un nuevo tipo de relación después de que él dejó la bebida. Fue entonces cuando intervinieron en la situación de su hija.

Después de pasar días de ayuno y oración, dijo la madre de Spears, su padre Jamie pidió al tribunal que establecieran una tutela temporal que le daría un amplio control sobre el tratamiento, las visitas, la seguridad y la vida diaria de su hija. El primero de febrero de 2008, mientras Spears aún se encontraba en el hospital, la jueza Reva G. Goetz aprobó la petición del padre de Spears.

“Me estremecĆ­a al pensar en toda la desesperación que debĆ­amos enfrentar para hacernos cargo de nuestra hija de nuevo”, escribió la madre de Spears.

Al principio, Spears consideró confrontar el arreglo, de acuerdo con Adam Streisand, uno de los dos abogados con los que habló entonces. Según Streisand, la cantante no se sentía cómoda con que su padre fuera custodio de sus finanzas.

“Me quedó claro que parecĆ­a estar un poco agitada”, dijo Streisand. “Pero me dio la impresión de que era capaz de elegir un abogado y de que tomarĆ­a una decisión racional”.

Sin embargo, el juez dijo que la cantante no era capaz de contratar a sus propios asesores y citó una evaluación médica reciente. Streisand dijo que respetó la opinión del doctor y se alejó.

“Britney querĆ­a oponerse a la tutela, pero tambiĆ©n estaba muy preocupada por sus hijos y parecĆ­a entender que aceptarla era lo mejor para poder verlos”.

Para finales de 2008, la tutela se habĆ­a establecido de manera permanente. En marzo de 2009, Spears estaba de gira otra vez.

Desde entonces, Spears ha hablado muy poco acerca del arreglo.

III: El sistema de tutelas y Spears, una cliente inusual

El sistema de tutela de California normalmente protege a los ancianos y los enfermos. Britney Spears no es la cliente tĆ­pica de esta figura legal.

Dicho sistema ha resultado problemÔtico durante décadas en California, por lo que se ha reformado en años recientes para proteger aún mÔs a los ancianos y los enfermos, que son a quienes por lo general se les impone la tutela.

Spears difícilmente cumple con esa descripción pero, en su caso, este sistema opera de la misma forma en que lo hace con otras personas.

Los jueces en California pueden asignar dos clases de tutores: unos responsables por la salud mental y fƭsica de una persona, y otros que estƔn a cargo de sus finanzas.

Spears tiene ambos.

Su padre, de 63 aƱos, es responsable por su bienestar fĆ­sico —se asegura de que tome su medicina, por ejemplo— y gestiona su fortuna. Comparte la supervisión financiera con Wallet, quien se especializa en tutelas y el derecho sucesorio.

El padre de Spears recibe cerca de 130.000 dólares al año como tutor y también se le rembolsa la renta de una oficina que utiliza. El juez revisa y aprueba sus cuentas. Solo ha pedido aumentos modestos a los largo de los años, aunque también solicitó el 1,5 por ciento de los ingresos brutos de las presentaciones y la mercancía relacionada con el show de Spears en Las Vegas. El tribunal, Spears y el abogado designado por el tribunal firmaron el acuerdo.

Durante un tiempo en 2012, Jason Trawick, quien entonces era novio de la cantante, también fungió como cotutor para su bienestar personal.

Como tutor, de acuerdo con su expediente en el tribunal, el trabajo del padre de Spears ha incluido “la supervisión y la coordinación de los asuntos personales, domĆ©sticos, legales, de negocios y vestuario (relacionados con el entretenimiento, la mĆŗsica y otras oportunidades de negocio, problemas legales familiares, litigación, juicio y resolución de otras disputas, asĆ­ como los asuntos de litigación y tutela en curso)”.

TambiĆ©n estĆ” a cargo de las oportunidades de negocio, como su papel de jueza en “The X Factor” en 2012, al igual que entrevistas y patrocinios, e incluso el mantenimiento de vehĆ­culos y los arreglos de la custodia de sus hijos.

Spears y sus abogados también han mantenido a raya a cualquiera que consideren una amenaza a la estabilidad de Spears, incluyendo un antiguo representante de negocios, un exnovio y un abogado que alguna vez buscó intervenir en su caso; todos ellos deben cumplir con órdenes de restricción.

En 2009, despuĆ©s de que un sitio de fanĆ”ticos de Spears, BreatheHeavy.com, comenzó una campaƱa llamada “Liberen a Britney” para criticar la tutela, su propietario, Jordan Miller, dijo haber recibido una llamada iracunda por parte del padre de Spears, quien amenazó con dar de baja el sitio web.

Hoy en día, Miller dice que entiende todas las medidas que su familia debió tomar.

“De verdad, fue una situación volĆ”til y ellos estaban tratando de protegerla”, comentó.

Ingham, el abogado de Spears que asignó el tribunal, monitorea el trabajo de los tutores.

Aunque el honorario mĆ”ximo que tĆ­picamente se cobra es de 250 dólares la hora, la jueza Goetz le otorgó a Ingham un mĆ”ximo de 475 dólares la hora por representar a Spears, pues citó una excepción en las reglas del tribunal que permite pagos mĆ”s altos “en casos que involucran problemas inusuales que requieren una pericia extraordinaria”.

Ingham, quien se describe como un abogado con experiencia en casos de tutela de alto perfil, dijo al tribunal que generalmente cobra 595 dólares la hora.

IV: QuƩ sigue para Britney

Las reglas para conocer a Britney son estrictas. Nada de selfies. Nada de autógrafos. Nada de invadir su espacio personal.


“Britney es muy tĆ­mida”, dijo el aƱo pasado Felicia Culotta, la coordinadora VIP. “SĆ© que les parece difĆ­cil de creer porque se sube al escenario y se convierte en una superestrella. Pero en realidad es muy tĆ­mida”.

“Britney percibe la energĆ­a de las personas”, agregó Culotta. “Si te acercas con miedo, ella estarĆ” asustada de ti. AsĆ­ que no te asustes. Ella es una persona comĆŗn y corriente”.

La rutina y la regularidad de su residencia en Las Vegas —generalmente tres presentaciones a la semana durante seis semanas para despuĆ©s tener seis semanas de descanso— son adecuadas para una madre de dos niƱos que quiere evitar la fatiga de una gira mundial.

Durante los 90 minutos que pasa arriba del escenario, Spears presenta cerca de 24 Ʃxitos en un espectƔculo que incluye bailarines, pirotecnia y lluvias de confeti. Cambia de atuendo varias veces. En un momento del show, salta con un arnƩs desde un Ɣrbol de 10 metros de altura.

Pero el espectÔculo no muestra a la Britney de antes. Alguna vez fue una bailarina fluida y natural, pero ahora Spears luce rígida, incluso robótica, y depende de escenarios vistosos y coreografías sencillas. Su voz estÔ pregrabada en la mayoría de las canciones, y el sonido puede llegar a fallar. Parece que estÔ cumpliendo con un trabajo, pero se trata de un buen trabajo, y el show indiscutiblemente es un éxito: a menudo se venden todos los boletos del Axis, el auditorio mÔs grande de la Strip de Las Vegas.

Spears divide su tiempo entre Las Vegas y Los Ángeles, donde sus hijos van a la escuela, y a menudo toma un vuelo de una hora para ir y venir después de una presentación entre semana.

A menudo, ella y sus hijos pasean en Las Vegas: en la piscina de Planet Hollywood o en Sonic Drive-In, cerca de la Strip. (El lugar de comida rÔpida era uno de los principales restaurantes de Kentwood, Luisiana, el pequeño pueblo donde Spears creció).

AdemĆ”s de la residencia en Las Vegas, se espera que el noveno Ć”lbum de Spears, el primero que lanza desde 2013, salga a la venta este verano. Durante meses, la artista ha insinuado que estĆ” haciendo mĆŗsica nueva y ha pasado tiempo en el estudio con compositores populares. El primer sencillo, titulado “Make Me (Oooh)”, saldrĆ­a este mes. Lo ha promovido en redes con fotos que la muestran como una sensual estrella del pop que de nuevo estĆ” en su mejor momento.
“Honestamente, estoy siendo muy exigente con este Ć”lbum”, le dijo a la revista V. “Es como mi hijo, asĆ­ que quiero hacerlo como se debe”.

Hoy en día la música es solo una parte del negocio de ser Britney Spears. Los tutores supervisan mÔs de una docena de negocios, incluyendo exitosas colecciones de lencería y perfumes.

A veces Spears y sus negocios reciben demandas.

Cuando una compañía, Brand Sense Partners, demandó a Spears en 2011, en una disputa sobre un acuerdo de licencias para una de sus fragancias, el abogado de la compañía, Geoffrey A. Neri, argumentó que la cantante debía ser capaz de testificar. Señaló en documentos de la corte que ella cuida a sus hijos, lleva a cabo numerosas apariciones en público y en ese momento se encontraba en una gira mundial de 79 conciertos.

“Se dice que Britney Spears no es capaz de testificar bajo juramento debido a su estado mental o emocional, pero esa idea es una farsa”.

Sin embargo, en ese y otros dos casos, la jueza Goetz determinó que la cantante se encontraba en un estado mental demasiado frÔgil para testificar. La jueza, quien ahora estÔ retirada, rechazó una petición para entrevistarla; desde entonces el caso fue transferido a otro juez.

Pero a principios de mayo, después de años de afirmar que la cantante era demasiado vulnerable para ser interrogada, sus tutores permitieron que Spears declarara en el caso de una demanda que levantó Sam Lufti contra ella y su padre. Lufti trabajó con ella durante su crisis emocional y sostiene que Spears le debe dinero; asegura que tuvo un acuerdo verbal en 2007 para fungir como su representante y que, ademÔs, su padre lo atacó.

Aunque sus tutores intentaron separar a Spears y Lufti durante su testimonio; en documentos del tribunal, argumentaron que su presencia en el mismo salón de conferencias representaba un gran riesgo para el bienestar de Spears, ambas partes estuvieron presentes durante su declaración, que duró cerca de cuatro horas.

Spears, con un saco color magenta y un collar de perlas, testificó sin incidentes ante Lufti, e incluso comió una galleta durante un momento de calma.

Poco despuĆ©s, volvió a publicar una foto en Instagram con un mensaje que decĆ­a: “Toda la energĆ­a es contagiosa”. Sus fanĆ”ticos, que parecĆ­an estar al tanto de su conflicto legal, inundaron la publicación con cientos de comentarios de apoyo.

“Has vivido un infierno pero siempre has perseverado”, escribió uno. “Tienes esto bajo control”.

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